avila encantadora

martes, 9 de noviembre de 2010

Militares en los gobiernos de América Latina.

El militar por vocación es ambicioso por naturaleza, fuertemente atraído por el poder, y en la mayoría de los casos más cercano al perfil de un aventurero que a la del hombre de gobierno, en todo caso; es ciertamente muy peligroso que detente el poder quien carga un arma.

Ejemplos de lo costoso que ha resultado para la sociedad civil de este lado del mundo la intervención de militares en los gobiernos sobran.

En Argentina habría que comenzar con Uriburu (1930), Rawsón, Ramirez y Farrel (1943) Perón que llega al poder por elecciones en una extraña alianza de sectores socialistas y comunistas con jóvenes oficiales del ejercito (1946) Aramburu y Rojas, derrocando a Perón (1955), Poggi (1962), Onganía, Levinston y Lanusse (1966), Videla, Massera, Agosti:  famosos por la cantidad de opositores que mataron, por la guerra sucia y por no haber sido capaces, ninguno de ellos, de frenar la dinámica malsana del régimen.
Viola, Lambruschini y Grafigna (1981), Galtieri, Anaya y Dozo; tristemente celebres por haberse "inventado" una guerra, Las Malvinas, para permanecer en el poder y por último: Nicolaides, Franco y Hughes quien finalmente entregan el gobierno a la sociedad civil. y lo hacen como último recurso ya que el país se encuentra destrozado y no hay manera de que ellos, los militares, puedan aportar recursos para lograr la reactivación en todos los ordenes.

En Chile (1973) el gobierno de Augusto Pinochet dejó a su paso "desaparecidos" que luego se confirmaron como muertos, en todo caso un gobierno de fuerza que en nombre de lo que convenía a los intereses del pueblo, hizo y deshizo a su antojo, y a su sombra se enriquecieron muchos..hasta el mismo Pinochet y familia.

Otros casos nefastos Banzer en Bolivia, Stroessner en Paraguay, Alvarado en Perú, Noriega en Panamá, en estos casos, como en los anteriores: recetas pseudo nacionalistas donde se hablaba siempre de darle al pueblo lo que realmente este requería, es decir "somos los dueños de la verdad", algo así como.. "con nosotros todo, sin nosotros nada".

Esperamos ansiosamente que las declaraciones de un general en este país y su reiteración por el mismo presidente, nada tenga que ver con este pasado oprobioso y solo se traten de desafortunadas versiones producto, quizá, del calor político de las próximas elecciones.

De todas formas,  tal vez sirva como recordatorio, que cada uno de los gobiernos militares que pasaron por estos países nada bueno le dejaron, y que si bien, como dicen algunos por ahí, los gobiernos civiles tampoco aportaron gran cosa, al menos con ellos, en la mayoría de los casos, tuvimos la ventaja de la verdadera democracia y el beneficio de la alternancia. (QUE NO ES POCA COSA)

2 comentarios:

  1. Para el que no tenga información actualizada, esta entrada se refiere a la declaración del general Rangel Silva "Las Fan no aceptaremos un gobierno opositor" y a otra del Presidente " Si los opositores llegan al poder, los militares podrían rebelarse".
    Por declaraciones de este tipo fué el comienzo de escaladas de vilencia.

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  2. Este es un tema bien delicado e interesante. Los militares son los integrantes de las fuerzas armadas, por lo tanto podemos afirmar que son pasajeros. Los ejércitos en su sentido mas básico fueron creados para la defensa de la soberanía de los países, el resguardo de la integridad de un Estado frente al ataque de fuerzas extranjeras. Ha sido utilizado muchas veces como medio de agresión a Estados extranjeros. Este tipo de conflictos desde hace varias décadas ha dejado de existir en Latinoamérica, por lo cual su función natural si se quiere no es tal. No existen prácticamente amenazas entre estos países que ameriten un ejército que se entrene y prepare para situaciones de agresiones extranjeras. Su función ha pasado mas bien al teatro de operaiciones interno. Su lucha pasa por la guerra contra el narcotráfico y durante gran parte del siglo pasado a amenazas internas de derrocamiento de Gobiernos. De hecho pasó a ser un instrumento para acceder y/o mantener la estabilidad de los Gobiernos.
    Esta nueva funcion de los ejércitos ha traido como consecuencia que la institucionalidad haya caido en una mera estructura formal, la cual se ha tratado de recuperar con mayor o menor éxito de país en país.
    Los liderazgos personales, de mucho peso en la región, han hecho y harán posible el uso de la fuerza como un elemento importante para acceder y mantener el poder. A pesar de que hoy por hoy, esta práctca no es usual y muy celosamente es cuestionada internacionalmente, la tentación de usar o abusar de ese poder sigue siendo importante. Sobre todo cuando se asume tener la razón por encima del bien de la gente, o de la sociedad civil.

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