Divagaciones sobre la descendencia.

La sociedad humana actual es fria como un útero y de cemento, como son las ciudades, hay cada vez menos lugar para los niños, hemos cambiado los parques por estacionamientos y las ciudades están hechas de tal manera que uno se pone a pensar en que sean "antiniños". Las empresas ya han dejado de ser humanas, hay jefes obsesivos que obligan a dejar sin padres a los niños debido a larguisimas jornadas de trabajo. Hay apuro porque crezcan rapido, aceleradamente, es probable que sea consecuencia de la crisís mundial.
Muchos jovenes, en la busqueda de mayor grado de libertad y realización han creado un nuevo modelo llamado "DINK" (en inglés double income/no Kids) cuyo significado és: sueldo doble, sin hijos, ellos aplazan la paternidad lo maximo posible ó incluso renuncian a ella, existen otros movimientos similares
" Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria", "Crecimiento Poblacional Cero" los cuales todos se orientan hacia el mismo fín.
Por otra parte he sabido de muchos padres que se sienten abandonados por sus hijos, hijos desagradecidos que probablemente nunca hayan notado el sacrificio que sus progenitores han hecho para hacerlos hombres y mujeres de bien, o quizá hayan tomado buena cuenta de ello y por eso mismo hayan decidido plegarse a los que no estan de acuerdo en ser papás.
En todo caso aqui tenemos dos situaciones curiosas, una generación (la mia) que intentó cubrir, proteger, contener al maximo a sus hijos y evitarles, en lo posible, pasar por las necesidades que nosotros tuvimos, y la actual conformada por individuos (en muchos casos) inmaduros, soberbios, que se creen el ombligo del mundo y juran que son tan importantes que sus deseos estan por encima de todo, han perdido los valores, son ingratos y menosprecian en forma sutil a los mayores, ¿porque han llegado a ser asi?, porque la educación que recibieron no ha sido apropiada, quien tiene la culpa?: Los Padres, ahora bien, que debemos hacer (como sociedad), yo realmente no lo sé, son muchos factores y mensajes. Esperemos sencillamente que prive la cordura, que los padres reconozcan sus errores, los hijos los suyos, y que estos movimientos sean compensados por otros, y la humanidad tenga la capacidad de retoñar y recibir con amor los niños por venir.
Siempre la vida abre caminos.