Cada vez que llegamos a reaprovisionarnos al supermercado nos llevamos una sorpresa, día a día todo cambia de precios, los precios hacia arriba y los sueldos hacia abajo, o como decía Perón en la Argentina "Los sueldos por la escalera, los precios por el ascensor", Aunque suene a lugar común ya el dinero no alcanza, y lo que es más grave, estamos desde el año 2008 en medio de una crisis alimentaria.
Entre los variados motivos que la producen se incluyen las cosechas precarias en varias partes del mundo, además de inestabilidad política, disturbios, la creciente demanda por bio-combustibles en países desarrollados, y el mayor consumo de la clase media, que está en aumento en poblaciones de Asia, quienes han variado sus habitos alimentarios, exigiendo mayor variedad y más carne en sus dietas, provocando un consumo mucho más grande de recursos agrícolas.
Está también el continuo aumento del precio del petróleo que produce la suba del costo de los fertilizantes, por la misma razón hay un incremento en el transporte. Estos factores unidos a la caída de las reservas de alimentos en el mundo y la inestabilidad que genera la especulación en el mercado de acciones han contribuido a que los precios de la cesta alimentaria fluctúe en más.
Aquí en el país se han instrumentado una serie de subsidios para las clases más desfavorecidas, el problema es que no todos pueden aprovechar este beneficio, ya que para comprar en los puntos de venta hay que hacer grandes colas, y disponer de un tiempo que las familias modernas de clase media no tienen, habrá que ver como se hace para subsistir.
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