avila encantadora

sábado, 25 de septiembre de 2010

LA VERDADERA PRUEBA DE QUE REALMENTE EXISTIMOS

Cada vez que sentimos los truenos y que caen rayos, no podemos sentirnos más desconsolados pensando en la pobre gente que vive en las laderas de los cerros, y que cuando caen estos palos de agua de hoy en día, no pueden menos que ponerse a rezar, pensando que vendrá un deslave y se llevará sus casitas que con tanto sacrificio han construido.
Hay todavía gente sin sentimientos, que piensa,..bueno..ellos son parte del problema, quien los manda a construir en esos terrenos que no reunen resistencia de suelo, estabilidad, y condiciones para fundar una vivienda,..sucede que el ser humano es un criatura que solo sobrevive , en este mundo, porque lo alimenta la esperanza, si ellos pensaran seriamente en las posibilidades que tienen de comprar un terreno, edificar un techo, un abrigo, y analizaran las posibilidades de concretar sus sueños, caerían automaticamente en la desesperación, y si las cosas fueran así se dejarían morir, o se matarían, y afortunada mente eso no es lo que sucede, por suerte estos seres se dejan ganar por sentimientos constructivos, y dentro de su sencillez de criterio no apelan a la razón, que les diría que no tiene objeto mantener viva la esperanza en este mundo en que vivimos, que es un universo atroz (el que nos toca vivir), sin embargo el ser humano, por lo menos estos humildes seres, no son razonables y por eso su esperanza renace una y otra vez aún en medio de las calamidades, y este renacer, que de por si es descabellado y sin fundamentos lógicos es la sutil prueba de que el hombre no es un ser racional. Y así... apenas nos enteramos que las lluvias acaban de desmoronar ocho o nueve casitas (no me gusta la palabra "ranchos, porque me consta que son de materiales de construcción convencional), apenas ha muerto gente, dejado sin nada, a muchas familias, ya los que sobrevivieron al desastre que momentos antes asistieron asustados, espantados, a todas esas calamidades que genera la naturaleza y en lo que colaboran, también, muchos hombres, estos mismos seres que seguramente en ese instante de desesperación pensaron que nunca más, nunca, nunca, reconstruirían sus vidas, ni siquiera queriendo hacerlo, estos mismos hombres y mujeres, sobretodo las mujeres que aquí en esta tierra son tan echadas p´alante, estos precarios seres, tan frágiles, tan expuestos, empiezan de nuevo como esas hormigas un poco tontas y locas pero llenas de valor, a levantar de nuevo su pequeño mundo, a rehacer su vida de diario, un mundo minimo y que aparentemente es demasiado pequeño, para muchos, pero qué quizá por eso mismo luce  extraordinario y conmovedor el esfuerzo realizado.
Es la prueba que necesitabamos para comprobar que siempre la esperanza prevalece sobre la angustia, y que el comportamiento de estas personas, si se quiere irracional, viene a ser como la confirmación de ellos mismos..y a nosotros.. NOS DEJA CLARO QUE A TRAVES DE ESTOS ACTOS ES QUE DEJAMOS DE SER NADA.

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