avila encantadora

sábado, 30 de octubre de 2010

EL NIÑO QUE LLORA Y LA MADRE QUE LO PELLIZCA.

El fin de semana pasado fue para Mérida un día lleno de terror, asesinaron a dos integrantes de Tupamaros, organismo de lucha afecto al gobierno,y en venganza sus integrantes practicamente tomaron la ciudad e hicieron rehenes a todos sus habitantes, no intervino ningún tipo de fuerza para impedirlo, o al menos monitorear lo que pasaba. La prensa escrita y radial no informo debidamente y Caracas vino enterándose de la novedad por los solidarios Twisters.

Una interpretación plausible, pero bastante esquemática, comenzó a oírse luego de los hechos, lo que allí se daba a entender era que en cierta forma este clima de violencia verbal y física está generado por lineas que son afines al gobierno.

Si bien no se puede desechar esta interpretación, habría que someter los hechos a un examen, ha sido el oficialismo promotor o amortiguador de la violencia? , inmediatamente nos viene a la mente la inefable Lina Ron y aquella riada de motocicletas que invadieron en varias oportunidades la ciudad capital.

Sería hasta facilista culpar al gobierno de todos los males, de no ocuparse de la desgracia evidente e insondable que aflige a nuestra sociedad, a pesar de lo que se dice desde las altas esferas del poder sobre revolución e ideología no estamos ahora precisamente en ese momento sino en uno de decadencia y fragmentación, vemos por todas partes terribles signos de deterioro, delitos, mafias,injusticia social, grupos armados, corrupción, inseguridad vial, anomalía, debilidad de las instituciones, pobreza,jóvenes sin estudio y sin trabajo, drogas violencia de genero, TV basura que embrutece a los niños, y una larga de serie de cosas malas que nos viene sucediendo a los que vivimos bajo la bandera tricolor.

Mientras tanto la clase política dirigente está enfrascada en sus luchas de poder, no le interesa para nada la degradación del país. Produce angustia constatar que todos estos infortunios son hasta funcionales a sus apetencias de dominación, lo menos que nos genera, a los dolientes, es rabia y resentimiento.

Las causas sin embargo debieran ser buscadas en esta actual sociedad embrutecida y sin destino

No hay comentarios:

Publicar un comentario