avila encantadora

miércoles, 6 de octubre de 2010

Lo importante de llegar a amar lo que haces.

Hubo una época, hace ya unos años, que tuvimos, en sociedad con dos amigos, una empresa de carpintería metálica, aquí en Venezuela le diríamos herrería, cada uno de nosotros realizaba un trabajo especifico, a mi me tocó la administración de la empresa y ventas, pasábamos por una época tan difícil que la inflación, de tres dígitos, llegó a ser un elemento tan importante en la vida de todos, que nadie pudo permanecer indiferente a sus efectos,  los precios en los supermercados los daban por alto parlante y variaban de minuto a  minuto, hasta ese momento: en los contratos de la construcción se utilizaba una formula que usaba un elemento al que se le llamaba "acopio" , se trataba del valor real de los materiales al inicio del contrato, el comprador daba ese importe, que variaba entre el 20 y el 40 % del total y los materiales no podían tener movilidad durante la ejecución de la obra, al suceder la eventualidad de la hiper inflación todas las empresas, sin excepción, quedaron al descubierto, y la mayoría fracasó (entre ellas la nuestra), teníamos guillotinas, plegadoras, sierras, cortadoras y todos los elementos de un taller moderno, incluso un local propio de más de 3000 m2, todo se perdió, incluso mucho más, la confianza.
De aquella situación recuerdo vividamente la situación ánimica que me invadía inexorablemente todos los domingos en la tarde cuando me ponía a pensar en que el lunes por la mañana me esperaba un panorama sombrío, cuestiones que escapaban a mi control, era un proceso de angustia tan grande...que de buena gana me hubiera alejado de todo eso, escapado, borrado del mapa, mi responsabilidad pudo más y enfrenté hasta último momento cada embate de la vida, perdimos todo, inmuebles, maquinas, viviendas, automotores, menos la dignidad.
Me vino a la mente todo esto, sucedido hace muchos años en Argentina, porque por esa razón me hice el firme propósito de que siempre trataría de que mi trabajo respondiera en un 100% a mis gustos, y de que no haría nada que fuera contrario a ellos.
Hagámonos siempre la pregunta:  "me gusta hacer lo que hago?", "Puedo dar lo mejor de mi mismo en esto?" nunca hacer lo que se hace como si se tratara de una obligación, porque asi de anodinos van a ser los resultados, nos invadirá el aburrimiento, cansancio, hastío y una sensación angustiosa de  tener una roca atada al cuello,¿ y si nos sentimos prácticamente como piltrafas humanas se puede esperar algo bueno de nosotros?.
Trabajamos para servir, y servimos para trabajar, pero sucede cuando tenemos la conciencia de que damos servicio a los demás y estamos ayudando a mejorar la calidad de vida de nuestro entorno social y la de nosotros mismos. Por eso es importante sentirnos bien, cómodos, calificados, solo de está manera estaremos cargados de potencia para dar lo máximo, lo supremo.
Hay que reconocer lo trascendente que es realizar una labor a gusto, no existe trabajo pequeño, existe trabajo mal realizado, y para evitar caer en ello hay que tener la motivación a millón para impulsarnos y desarrollarnos con excelencia y dedicación.

Eso seguramente nos hará encontrar nuestra misión en el mundo y nos entregaremos con impetú, con entusiasmo, excelencia y determinación a cumplir con nuestra parte. De otra forma estariamos conformandonos con ser mediocres....y nosotros...NO SOMOS ASI.

1 comentario:

  1. La vida es hermosa si aprendemos a vivirla en profundidad, ya que cada día tiene su afán, cada día tiene sus preocupaciones y alegrías con sus correspondientes soluciones. Nada es seguro en la vida, por eso hay que cuidarla como el tesoro más preciado que nos fué otorgado gratuitamente.Yo estoy de acuerdo soy tan feliz haciendo lo que hago que se me pasan las horas y ni cuenta me doy el problema a veces es que te pasas la vida haciendo tanto para los demás que quisieras que se dieran cuenta o te hicieran sentir que te vieron.

    Un abrazo

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